YOGA - La postura interna

Observemos atentamente qué sucede con nuestro cuerpo y postura ante un suceso del tipo alegría, tristeza, dolor, placer, emoción, miedo, Amor, etc.; el cuerpo asume determinadas posturas y/o características, tensiones y distensiones que son detonadas por una idea, emoción o sentimiento. Planos que rigen, afectando planos que dependen. Psiquismo profundo (inconsciente, Alma, etc.), psiquismo consciente, ideas, sentimientos y emociones…. definiendo posturas y características corporales, tensiones y distensiones.
Ahora, imaginemos intentar producir el efecto opuesto: inducir todos aquellos estados asumiendo determinadas posturas corporales, tensiones o distensiones. Esto tendría el aspecto de una pantomima vacía, ¿no? En ocasiones, desde la postura/respiración se pueden producir algunos efectos, se puede desobstruir algún circuito vital, pero tendrán mayormente carácter de transitorio en tanto no se vaya a la causa. No se trata de ‘qué postura hacer con el cuerpo’, sino de ‘qué postura interna asumir o dejar’, para que el cuerpo y el resto de nuestra vida respondan.
Por supuesto, al hablar de ‘postura interna’ no me refiero a impostar o fingir determinadas cualidades; o impostar o fingir haber trascendido determinadas cualidades o conductas, ya que esto también sería una pantomima vacía. Postura, respiración y atención con sus efectos (por temporales que sean) nos brindan un margen de claridad para acercarnos cada vez un poco más al núcleo u origen de las tensiones o desequilibrios y sus respectivas conductas, pensamientos y emociones asociadas.
Un trabajo de decapado, muchas veces gradual, que concluye en el punto donde esa tensión, agitación o emoción perjudicial ya NO SE GENERA; derivando esto en una VERDADERA alineación postural. Alineación que no puede ser forzada o impostada como si fuésemos una biomáquina sin una inteligencia al volante.