: : : MÓDULOS DE CONTROL DE LA PERSONALIDAD : : :
Cuando utilizás algún programa en tu computadora este aparece en primer plano abarcando toda la pantalla. Hasta el instante previo a correrlo, no había registro de él en tu pantalla-realidad; pero ese programa estaba prolijamente guardado en tu disco rígido como un dato permanente, listo para ser activado.
Lo mismo sucede con nuestras EMOCIONES PERJUDICIALES: cuando se detonan, ese programa/módulo asume el total control de nuestro sistema, abarcando toda nuestra Pantalla/Realidad. Simplemente recordá el efecto que produce en todo tu sistema un episodio de enojo o ira; que puede estar vigente desde unos minutos hasta incluso horas. No vale la pena hacerse eso.
Tambien está la posibilidad de tener programas corriendo en segundo plano, minimizados… ¿te suena? Siempre listos para pasar a primer plano, maximizados o pantalla completa, ante el mínimo estímulo.
En gran parte, el verdadero y arduo trabajo interno consiste en ir des-instalando estos obsoletos programas (emociones perjudiciales) y liberarse de la esclavitud de la REACCIÓN AUTOMÁTICA; reacción que generalmente justificamos por la conducta de los demás o algún suceso “externo”.
No hay mayor dicha que ser dueño de tus respuestas, sin automatismos, con CLARIDAD.
Lo mismo sucede con nuestras EMOCIONES PERJUDICIALES: cuando se detonan, ese programa/módulo asume el total control de nuestro sistema, abarcando toda nuestra Pantalla/Realidad. Simplemente recordá el efecto que produce en todo tu sistema un episodio de enojo o ira; que puede estar vigente desde unos minutos hasta incluso horas. No vale la pena hacerse eso.
Tambien está la posibilidad de tener programas corriendo en segundo plano, minimizados… ¿te suena? Siempre listos para pasar a primer plano, maximizados o pantalla completa, ante el mínimo estímulo.
En gran parte, el verdadero y arduo trabajo interno consiste en ir des-instalando estos obsoletos programas (emociones perjudiciales) y liberarse de la esclavitud de la REACCIÓN AUTOMÁTICA; reacción que generalmente justificamos por la conducta de los demás o algún suceso “externo”.
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Benjamin Waltcheff
https://www.facebook.com/centro.conciencia/
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